En los últimos años, el aislamiento de familias enteras tanto como de individuos se ha progresivamente acentuado.
Al escasear tiempo y espacios apropiados para el intercambio y la comunicación con otras personas, ha aumentado la tendencia a quedar cada uno limitado en sus respuestas frente a los problemas, más allá de lo complicado o simples que sean.
Como consecuencia, cada uno, tiende a transitar por caminos conocidos y repetidamente recorridos, aunque no por eso eficaces, a la hora de tratar con las dificultades cotidianas.
Sin embargo, la comunicación con los demás es una de las claves para encontrar alguna pista diferente –aprovechable- como guía de orientación en la búsqueda de salidas a los distintos problemas.
Por otra parte, la televisión NO sustituye al diálogo; si bien muchas personas pueden suponerlo por quedar envueltas unilateralmente en un sentimiento de admiración o afecto hacia sus artistas favoritos, la “compañía” que brinda resulta engañosa.
Si un problema se mantiene a lo largo del tiempo, tiende a agravarse y resultará aumentado el daño que producirá en los que de manera directa o indirecta participan en él.
Además, la violencia que suele acompañar a muchas interacciones conflictivas afecta física y psicológicamente a todos los involucrados, cualquiera sea el contexto en el que se produzcan. Se cierran de ese modo todos los caminos alternativos de respuesta a los problemas en las relaciones humanas.
Como consecuencia aumenta el riesgo de enfermar.
Esa energía que uno o varios conflictos sin pedir permiso se llevan, es la misma que puede ser utilizada para mejorar el sistema de vida y, en definitiva, mejorar la salud general.
¿Porqué una persona llega a pensar que no puede resolver un determinado trastorno psicológico, de pareja, familiar o de relación con quienes interactúa?
Porque se siente incapaz de hacerlo
Porque hasta ese momento no lo logró
Porque le dicen que no podrá
Porque se siente más del lado de la pasividad que de la decisión
Porque cree que no llegó el momento oportuno
Porque le implicaría tener que cambiar y a eso no está dispuesto
Porque supone que sería un gran sacrificio para si o para otro
Porque sabe que algo tendrá que ceder
Porque cree que no es posible arribar a un trato justo
Porque cree que el que tiene que cambiar es el otro.
Son muchas las preguntas que toda persona debe hacerse antes de resolver un problema que tiene que ver con las relaciones humanas. A veces, no tener algunas de tales preguntas minimamente contestadas, produce un interminable recorrido dentro de un círculo que no ofrece salidas, en cuyo interior se dan vueltas sin cesar. Esta “caminata” no resulta gratuita a la hora de evaluar sus efectos: desgaste en las relaciones mutuas, problemas de salud, pérdidas irreparables, desesperación...
¿Se puede trabajar, vincularse, estudiar, divertirse, desarrollarse con todo el potencial de que se dispone si se está preocupado por algo?
A nuestro entender, resolver problemas significa tratar desde la conducta, y de un modo pragmático, aquellos inconvenientes que impiden a las personas continuar su desarrollo personal y familiar, llevar una vida de relación satisfactoria o poner fin a un sufrimiento.
En tal sentido, si bien es un desafío intentar cambiar las cosas porque engendra miedos varios, las opciones no son muchas: mantener al problema en su lugar o modificar sus causas.
En definitiva, lograr cambios en nuestra vida, -evolucionar-, es un trabajo permanente que no admite interrupciones.
Al escasear tiempo y espacios apropiados para el intercambio y la comunicación con otras personas, ha aumentado la tendencia a quedar cada uno limitado en sus respuestas frente a los problemas, más allá de lo complicado o simples que sean.
Como consecuencia, cada uno, tiende a transitar por caminos conocidos y repetidamente recorridos, aunque no por eso eficaces, a la hora de tratar con las dificultades cotidianas.
Sin embargo, la comunicación con los demás es una de las claves para encontrar alguna pista diferente –aprovechable- como guía de orientación en la búsqueda de salidas a los distintos problemas.
Por otra parte, la televisión NO sustituye al diálogo; si bien muchas personas pueden suponerlo por quedar envueltas unilateralmente en un sentimiento de admiración o afecto hacia sus artistas favoritos, la “compañía” que brinda resulta engañosa.
RESOLVER PROBLEMAS, DESAFÍO COTIDIANO
Muchas variables influyen para que un problema psicológico o en las relaciones humanas aparezca. Cada conflicto tiene sus protagonistas, sus múltiples causas, su tiempo de gestación, su particular despliegue, su incidencia en los involucrados y su grado de gravedad y/o cronicidad. Si un problema se mantiene a lo largo del tiempo, tiende a agravarse y resultará aumentado el daño que producirá en los que de manera directa o indirecta participan en él.
Además, la violencia que suele acompañar a muchas interacciones conflictivas afecta física y psicológicamente a todos los involucrados, cualquiera sea el contexto en el que se produzcan. Se cierran de ese modo todos los caminos alternativos de respuesta a los problemas en las relaciones humanas.
Como consecuencia aumenta el riesgo de enfermar.
Esa energía que uno o varios conflictos sin pedir permiso se llevan, es la misma que puede ser utilizada para mejorar el sistema de vida y, en definitiva, mejorar la salud general.
¿Porqué una persona llega a pensar que no puede resolver un determinado trastorno psicológico, de pareja, familiar o de relación con quienes interactúa?
Porque se siente incapaz de hacerlo
Porque hasta ese momento no lo logró
Porque le dicen que no podrá
Porque se siente más del lado de la pasividad que de la decisión
Porque cree que no llegó el momento oportuno
Porque le implicaría tener que cambiar y a eso no está dispuesto
Porque supone que sería un gran sacrificio para si o para otro
Porque sabe que algo tendrá que ceder
Porque cree que no es posible arribar a un trato justo
Porque cree que el que tiene que cambiar es el otro.
Son muchas las preguntas que toda persona debe hacerse antes de resolver un problema que tiene que ver con las relaciones humanas. A veces, no tener algunas de tales preguntas minimamente contestadas, produce un interminable recorrido dentro de un círculo que no ofrece salidas, en cuyo interior se dan vueltas sin cesar. Esta “caminata” no resulta gratuita a la hora de evaluar sus efectos: desgaste en las relaciones mutuas, problemas de salud, pérdidas irreparables, desesperación...
¿Se puede trabajar, vincularse, estudiar, divertirse, desarrollarse con todo el potencial de que se dispone si se está preocupado por algo?
A nuestro entender, resolver problemas significa tratar desde la conducta, y de un modo pragmático, aquellos inconvenientes que impiden a las personas continuar su desarrollo personal y familiar, llevar una vida de relación satisfactoria o poner fin a un sufrimiento.
En tal sentido, si bien es un desafío intentar cambiar las cosas porque engendra miedos varios, las opciones no son muchas: mantener al problema en su lugar o modificar sus causas.
En definitiva, lograr cambios en nuestra vida, -evolucionar-, es un trabajo permanente que no admite interrupciones.