VIVIR A LOS CASCOTAZOS

Una vez hecho culto al conflicto, es difícil volver a parámetros de normalidad. Qué es la normalidad? Vivir enfermo o que la enfermedad sea la excepción? Vivir tropezando o que el tropiezo ocurra eventualmente? Vivir con dolor de estómago o sin él?
Es normal vivir sobre un campo minado? Así convertida en estado natural la guerra permanente?
Que el apuro, la preocupación, el brete, el peligro, el apremio, el atolladero, la complicación, la pugna, la discusión, el choque, la confrontación, la colisión, el antagonismo, la discrepancia, la hostilidad, la rivalidad, la tensión o el estrés constante, la desavenencia, el sufrimiento, la disputa, la amargura y el desgaste progresivo, entre otros, se vayan convirtiendo en lo regular de la vida personal se opone a la propuesta de un desarrollo saludable para cualquier ser vivo.
El premio? Mala calidad y corta expectativa de vida.
    Para evitarlo conviene estar atento al proyecto vital que la persona tiene para sí. Como constructor de sus propias posibilidades y de su futuro. A sus maneras obtendrá un camino; su estilo. Como objeto de cuestiones ajenas, quedará fuera de curso.
Es la base para elegir. Convivir bajo el paradigma de una actitud integradora o vivir a los cascotazos.

Publicado en www.geocities.com/cuidar_se y en Recoleta Profesional Nº 16, Octubre 2007

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